El problema mente-cuerpo. La filosofía de la mente y el debate en torno a la inteligencia artificial

El problema mente-cuerpo

El problema mente-cuerpo es un tema central en la filosofía de la mente, que se ocupa de la relación entre la mente y el cuerpo, o entre los procesos mentales y los procesos físicos en el cerebro y el cuerpo.

El problema se refiere a la cuestión de cómo se relacionan los estados mentales, como los pensamientos, las emociones y las experiencias conscientes, con los estados físicos del cerebro y el cuerpo. Algunos filósofos sostienen que los estados mentales son idénticos a los estados físicos del cerebro, mientras que otros argumentan que los estados mentales son diferentes de los estados físicos y que no pueden ser reducidos a ellos.

Uno de los argumentos clásicos en el debate del problema mente-cuerpo es el argumento de la identidad mente-cuerpo, que sostiene que los estados mentales y los estados físicos son idénticos. Este argumento fue propuesto por primera vez por el filósofo australiano J.J.C. Smart en la década de 1950, y ha sido defendido por otros filósofos, como David Lewis.

Por otro lado, filósofos como Thomas Nagel y John Searle han argumentado en contra del reduccionismo y han propuesto que los estados mentales son irreductibles a los estados físicos. En particular, Searle ha propuesto la teoría de la «intencionalidad», que sostiene que los estados mentales tienen una propiedad distintiva de «apuntar» a objetos y estados de cosas en el mundo, y que esta propiedad no puede ser explicada en términos puramente físicos.

Otras teorías que han surgido en el debate del problema mente-cuerpo incluyen el dualismo, que sostiene que la mente y el cuerpo son dos sustancias diferentes y separadas, y el funcionalismo, que sostiene que los estados mentales son procesos funcionales que pueden ser realizados por diferentes sistemas físicos.

Materiales

Poema: Otra vez Eros

Entrevista: «Este científico deja en ‘shock’ a los vegetarianos: «Las plantas tienen inteligencia»». EXTRACTO: Las plantas no tienen neuronas, pero hacen planes y toman decisiones. ¿Son capaces de pensar? Paco Calvo (Barcelona, 1971) lleva veinte años intentando responder a esta pregunta. Este catedrático de Filosofía de la Universidad de Murcia dirige el Laboratorio de Inteligencia Mínima (Mint Lab). Allí anestesia a las mimosas y les coloca electrodos a los tomates. Sus investigaciones, que han provocado un auténtico cisma en el mundo académico, llamaron incluso la atención del Pentágono, interesado en aplicarlas a la inteligencia artificial de las máquinas que colonizarán Marte. (…) Hay plantas capaces de manipular las mentes de las criaturas que las rodean. Algunas tomateras, por ejemplo, producen sustancias químicas cuando las atacan las orugas. Esas sustancias hacen que las plantas tengan un sabor repugnante para sus atacantes y, al mismo tiempo, viajan por el aire y avisan a las plantas circundantes para que empiecen a fabricarlas también. Por si fuera poco, vuelven a las orugas caníbales. Los insectos hambrientos se devoran entre ellos.

Libro: Calvo, F. (2023). Planta sapiens. Seix Barral

La filosofía de la mente y el debate en torno a la inteligencia artificial

La filosofía de la mente se ha vuelto especialmente relevante en el contexto de la inteligencia artificial, ya que la creación de sistemas inteligentes ha planteado preguntas fundamentales sobre la naturaleza de la mente y la inteligencia.

Uno de los temas centrales en el debate sobre la inteligencia artificial es si es posible crear una máquina que sea realmente inteligente y consciente, o si la inteligencia artificial siempre será meramente simulada. Esta pregunta se relaciona con el problema mente-cuerpo, ya que plantea la cuestión de si es posible crear una mente artificial que sea similar a la mente humana y que, por ejemplo, pueda pensar por sí misma, emanciparse, tomar decisiones libres que puedan perjudicar a la humanidad…

Algunos filósofos de la mente, como Daniel Dennett, han argumentado que la inteligencia artificial puede ser consciente y tener una mente similar a la humana, siempre y cuando sus procesos mentales sean lo suficientemente complejos y sofisticados. Otros filósofos, como John Searle, han argumentado que la inteligencia artificial no puede ser verdaderamente consciente, ya que la conciencia es una propiedad de la mente humana que no puede ser replicada por máquinas.

Otro tema importante en el debate sobre la inteligencia artificial es el problema de la «caja china», que se refiere a la cuestión de si es posible crear una máquina que sea capaz de procesar información como lo hace la mente humana, pero que no tenga una verdadera comprensión de lo que está haciendo. Este problema plantea preguntas sobre la naturaleza de la inteligencia y la conciencia, y ha sido discutido por filósofos como John Searle y David Chalmers.